Aquí le dejamos una nota inédita a Hugo Midón para aquellos que preguntan "¿Qué estás escuchando?" cuando suenan las canciones en la biblioteca y para los usuarios las cantan de memoria.
Hugo Midón, el mago del teatro infantil.
Hugo Midón era actor
y el director - dramaturgo infantil más reconocido del país. Con más de cuarenta
años de carrera desde su estreno en 1970 tuvo en cartel La vuelta manzana por diez años, escribió Pajaritos en la cabeza, Juan de los caminos, Sorpresas, Cantando sobre
la mesa, El imaginario, Narices, Huesito caracú, Derechos torcidos y Objetos
maravillosos entre otras. Se animó a
otros formatos y creó la opera Socorro,
socorro los globolinks, adaptó cuentos clásicos infantiles y creó el
programa televisivo Vivitos y coleando.
También dirigió
teatro para adultos en Hotel oasis; para
dolescentes y chicos en la familia
Fernándes y era docente de su taller Rio Plateado.
Midón hablaba de los prejuicios al género
infantil, su experiencia con la censura en los años de la dictadura, la vuelta
a la democracia y cómo se reflejan los
temas duros de la actualidad como el hambre, la pobreza y la mentira en sus
obras para chicos.
¿Cómo era hacer teatro para chicos durante la última
dictadura militar?
Era un poquito
riesgoso en la medida que uno se ponía a trabajar con actores prohibidos En cantando sobre la mesa en el 78 apareció
en tv guia un chimento que decía que el productor tuvo al feliz idea de unir en un proyecto teatral para niños a Victor
Laplace Leonor Manso y Alejandra Boero entonces inmediatamente nos llamaron
de la Casa Rosada, la palabra unir los había puesto locos. Nos
pidieron los libros, cosas de gente muy
persecuta. Por ejemplo: era un
cartero que llevaba cartas a lugares insólitos,
a la sirenita al fondo de l mar, a un extraterrestre. Mi idea es que los extraterrestres tuvieran
un vocabulario onomatopéyico entonces yo cada vez que hablaban en el guión
repetía la primer línea de la máquina de escribir wertyuiop y me pusieron. “¡ojo! lenguaje cifrado”.
En otra parte el
cartero entusiasmaba a barrio entonces era
vamos a ir en auto, en avion, en barco y si es necesario en cocodrilo
decía el cartero. Entonces los tipos
pusieron que “las fuerzas terrestres era el auto, el avión la fuerza aérea, en barco
la marina” y preguntaron “¿Qué significado tiene la cuarta fuerza? El cocodrilo.”
¿Cómo representaba la represión en las obras?
En esa época había
guardianes de plaza que eran terribles porque representaban de alguna manera lo
que estaba pasando. El poder con silbato, arrestando a los chicos que jugaban
en el césped que no se podía, los llevaban a u lugar enrejado donde tenían los jardineros
las herramientas y los dejaban ahí “para
que fueran a descansar” y esto lo vimos y fuimos a hacer una denuncia a la comisaría
del barrio y nos dijeron “si, gracias.”
Había esa onda de
orden, de prepotencia, de fomentar temor y estaba instalado en al plaza, en
nuestros chicos. En El imaginario había un guardían y se podía hacer una lectura sobre
la realidad a partir de las situaciones en esa plaza pero no paso nada, fue en el `80,
se venia la debacle ya no podían sostener la dictadura tampoco.
El imaginario lo llevó a la pantalla chica
antes de la guerra de Malvinas ¿Cómo fue el proceso de escribir para televisión?
Me resulto fascinante
fue hacer “vivitos y coleando” en el `89 para televisión, pero no lo volvería a hacer en esas condiciones. Escribía un programa
diario, de seis nueve de la mañana, a las nueve me bañaba, a las diez estaba en el canal, ensayaba dos
horas el programa del día con coreografías y todo, después ibamos una hora a
maquillaje porque era bastante complicado y de una a ocho grabábamos. De ahí iba al estudio a dar mis clases terminaba
a las once de la noche, llegaba a mi casa a las once en Villa Urquiza, comía
unas porciones de pizza fria y a la seis
de la mañana estaba escribiendo el otro programa. Los sábados y domingos grabábamos todas las
canciones que eran quince, tres por programa, en el estudio de Gianni (Carlos,
su compositor), una cosa de locos.
¿Quién hacía las coreografías?
Ricky Pashkus
(coreografo de Julio Bocca entre otros) .
Una diferencia que hice con respecto a otros directores es que para el
teatro infantil ponen actores que empiezan, escenográfos que empiezan y yo siempre llame a los mejores
incluso como escenográfa a Renata Schussheim que es cara.
¿Que rescata de esa experiencia?
Apareció la cosa de
la asociación libre y me permití sacar todo sin tiempo para ponerle limite. Para
mi fue lo mejor que escribí lejos. No existía la autocensura, me pasaba dos
meses en una obra de teatro y ahí escribís una obra de teatro por día, las
canciones las escribía sobre la marcha.
En los teatros saben que usted exige las mismas
condiciones que para los adultos, misma cantidad de luces, mismo salario por
cantidad de funciones, cantidad de camarines y escenarios. ¿Sigue luchando contra el desmerecimiento del género infantil?
La verdad que no lo
siento, pero hay una cosa que esta instalada en la sociedad. Quizás lo siento
porque no quiero sentir o no lo acepto. Por ejemplo el espacio a los que los
diarios dan a los espectáculos para chicos, los criticos son menor cantidad,
menor calidad que los críticos de espectáculos para adultos. Las notas que se
hacen, especialmente lo que trabajamos acá, para conseguir un espacio, una nota, es el doble o
el triple de esfuerzo. La entrada es una cuarta parte o mitad y la
producciones mias
generalmente cuestan
el triple de una producción, cambio de vestuario, una comedia musical y la banda musical aunque este grabada tiene un
costo importante, horas de estudio grabación y músicos entonces hay un cierto menosprecio
a la actividad.
¿Cómo superó la autocensura y la mirada critica del
mundo adulto?
No la siento tanto en los últimos años. Antes
si, y al principio ni hablar. La superé a fuerza de exigencia. Mas que conciencia de los empresarios he sido un buen negocio en casi todas las
salas en las que trabajé. Tengo 25 mil espectadores sin publicidad que van a ver seguro el espectáculo “Por que yo veía tus obras cuando era chico”
y eso no pasa ni con Alcón. Un público estable
para una sala un buen negocio.
¿Qué necesita para escribir para chicos?
Es fundamental un interés
genuino por los chicos, en general son personas que a mi me interesan tanto
como me interesan los adultos o los jóvenes o un poco mas. Yo me pongo a hablar
con un chico y me despierta el imaginario, me gustan las cosas que dicen, las
definiciones que dan de la realidad, el carácter cuando se encaprichan, esa
cosa arbitraria a veces con respecto a
las cosas, una lógica fantástica que para ellos es una cosa natural.
¿Cree en el teatro con moraleja o educativo?
Para nada. Tiene que
ser entretenimiento, siempre es ligada con los social, con la realidad me
entretengo, con problemática, con cosas de las que podemos conversar con los
chicos. Esto de que están en una burbuja no es cierto, ellos viven en la
realidad como nosotros, desde su perspectiva pero lo mismo.
Yo tengo el deseo de
contar, no es un teatro al servicio del interés y necesidades de los niños, eso
no sirve para el arte.
¿Cuál es la finalidad del arte?
Llamarte la atención, conmoverte, sensibilizarte,
encantarte, compartir el mundo imaginario de alguien con otro. Por eso la
escuela es tan aburrida y el teatro es tan divertido.
Por Carolina López Scondras